25.1.08

Viaje a lo desconocido


Ayer fue un día de experiencias singulares. La más importante es que nació mi sobrino Dante, el primero que lleva el apellido Marabotto. Dante es una dulzura de bebé que duerme todo el tiempo en brazos de sus papás Mariana y Pacha, que parecen dos nenes con un juguete nuevo. Forman una familia hermosa.

Pero sucede que para ir a conocer al joven que nació en Merlo me tomé el archifamoso ferrocarril Sarmiento. Hace exactamente siete años que no viajaba en esa línea y me asombró el pésimo servicio que presta.

Las salidas de los trenes desde la Plaza once no coincidió con el orden que marcaban los carteles. El que elegí por ir más vacío salió en tercer lugar y antes de subir me aseguré de qu llegase a Merlo. Pero cuando llegó a Castelar un altavoz se limitó a informar: "Tresn de Plataforma 1 solo hasta Castelar", así que todos los que viajábamos en los abarrotados vagone snos bajamos para acomodarnos en un andén ínfimo y esperamos el siguiente tren, que llegaba más que abarrotado.
Desde las primeras estaciones alguna gente viajaba por gusto o necesidad de buscar un ambiente fresco, sosteniendo la puerta del vagón, pendiendo sobre el vacío, pero no hubo un solo guarda que se acercase a censurar la conducta negligente. es más no pasó un guarda en todo el recorrido ya que los uniformados se limitan a colocarse en la salida de las estaciones deteniendo la marcha de los que salen para pedirles el boleto.

Va mi solidaridad con Maldito Sarmiento, el blog que cuenta las penurias de viajar en esa línea. que lleva por subtítulo TBA (Todos Bien Apretados)

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