29.8.08

Queja

Hace tiempo que vengo luchando contra el transporte ilegal. El barrio en el que vivo, Once, es una suerte de terminal improvisada a la que llegan micros de larga distancia, colectivos truchos y combis desde lugares tan disímiles como Villa Celina y Orán. Hoy por la tarde, antes de salir del diario dos inmensos micros doble piso descargaban sobre Alsina y Saavedra gente llegada quién sabe donde, precisamente sobre la parada de mi colectivo el 168. Tuve que esperarlo sobre la calle esquivando taxis y autos porque las dos moles ocupaban más de la mitad de la cuadra e impedían no solo el movimiento sino también la vista. Inútil quejarse al Gobierno porteño (lo hice durante la gestión Telerman y nadie me contestó) ni a la CNRT.
En cualquier momento me convierto en la justiciera del espacio público.

No hay comentarios.: